Sobre Nosotros

¿En qué creemos?

Misión, Visión, Declaración Doctrinal

El Centro Cristiano “Plenitud de Vida en Cristo A.R.» está legalmente constituido por la Secretaría de Gobernación como Iglesia Cristiana.

Misión

Tenemos como misión, dar a conocer el mensaje y pensamiento de Jesucristo, el Hijo de Dios, predicando su Palabra para que los congregantes, conozcan y apliquen los principios bíblicos, fortaleciendo así su vida familiar, laboral y social; siendo de esta manera, un ejemplo para la sociedad, con la finalidad de que el nombre de Dios sea glorificado en toda la tierra.

Visión

Ser una iglesia conforme al corazón de Dios, en donde se predique su Palabra de manera expositiva, donde abunde el amor y la comunión entre los hermanos, en donde sea proclamado el reino de Dios, y donde los asistentes puedan ser edificados y equipados para ser testimonio del amor y la paz del Señor.

Las Santas Escrituras

 

Creemos  que la Biblia es la revelación escrita de Dios.  Los sesenta y seis libros de la Biblia, dados a nosotros por el Espíritu Santo, constituyen la Palabra de Dios completa (inspirada igualmente en todas sus partes). (1 Co. 2:7-14; 2a de P. 1:20-21)

Creemos que, la Palabra de Dios es una revelación objetiva, proposicional (1 Ts. 2:13; 1 Co 2:13), verbalmente inspirada en cada palabra (2  Ti. 3:16), absolutamente inerrante (sin error) en los documentos originales, infalible, e inspirada por Dios.

Creemos que, la interpretación de las escrituras en forma literal, gramatical e histórica, afirman la creencia que los capítulos de apertura de Génesis presentan la creación en seis días literales (Gn.1:31; Ex. 31:17).

Creemos que la Biblia constituye la única regla infalible de fe y práctica (Mt. 5:18, 24:35; Jn. 10:35,16:12-13, 17:17; 1 Co. 2:13; 2 Ti. 3:15-17; He. 4:12; 2  P. 1:20-21).

Creemos que, Dios habló por medio de Su Palabra escrita en un proceso dual de paternidad literaria. El Espíritu Santo supervisó a los autores humanos que, a través de sus personalidades individuales y diferentes estilos literarios, han compuesto y registrado la Palabra de Dios para el hombre (2 P. 1:20-21) sin error en su contenido, ya sea parcial o total, (Mt. 5:18; 2 Tim. 3:16).

Creemos que, aunque pueda haber varias aplicaciones de algún pasaje dado de las Escrituras, hay una sola interpretación.  El significado de la Escritura se encuentra cuando diligentemente se aplica el método gramático-histórico literal de interpretación bajo la iluminación del Espíritu Santo (Jn. 7:17, 16:12-15; 1 Co. 2:7-15, 1 Jn. 2:20).

Es la responsabilidad de cada creyente, buscar cuidadosamente la verdadera intención y significado de las Escrituras, reconociendo que la aplicación adecuada es obligación de todas las generaciones. Aun así, la verdad de las Escrituras está para juzgar a los hombres; y nunca los hombres para juzgar las Escrituras.

Dios

 

Solamente hay un Dios vivo y verdadero (Dt. 6:4; Is. 45:5-7; 1 Co. 8:4); Espíritu infinito y omnisciente (Jn. 4:24), perfecto en todos sus atributos, uno en esencia, que existe eternamente en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. (Mt. 28:19; 2 Co. 13:14) y que cada uno merece adoración y obediencia en igualdad.

Dios, Padre 

 

Creemos que Dios el Padre, la Primera persona de la Trinidad, ordena y dispone todas las cosas de acuerdo a Su propio designio y gracia (Sal. 145:8-9; 1 Co. 8:6).  Él es el Creador de todas las cosas (Gn. 1:1-31; Ef. 3:9).  Como el único, absoluto y omnipotente gobernador en el universo, es soberano en creación, providencia y redención (Sal. 103:19; Ro. 11:36).  Su paternidad involucra tanto su nombramiento dentro de la trinidad, como su relación con la humanidad. Como creador, Él es Padre de todos los hombres (Ef. 3:15), pero solamente es Padre espiritual de los creyentes, (Ro. 8:14; 2 Co. 6:18). Él ha decretado para Su propia gloria todas las cosas que habrán de suceder (Ef. 1:11). Continuamente sostiene, dirige y gobierna todas las criaturas y eventos (1 Cr. 29:11).

En Su soberanía Él no es autor  ni consiente el pecado (Hab. 1.13; Jn 8:38-47), tampoco minimiza la responsabilidad de criaturas morales e inteligentes (1  P. 1:17). Él por Su gracia ha escogido desde la eternidad a aquellos que habrían de ser suyos (Ef. 1:4-6). El salva de pecado a todos los que a Él vienen a través de Jesucristo. Adopta como suyos a todos aquellos que viene a Él, y se convierten en el Padre de ellos (Jn 1:12; Ro 8:15; Gál. 4:5; He 12:5-9).